En los últimos días, los cielos de Cuenca y sus alrededores se han teñido de tonos rojos intensos y naranjas vibrantes al atardecer. Este espectáculo, aunque visualmente impresionante, tiene un trasfondo preocupante: la presencia de incendios en la región, que están alterando la calidad del aire y, en consecuencia, el color del sol al atardecer.
"60 incendios forestales se registran en menos de 48 horas en Ecuador" - Diario El Mercurio, 18 de septiembre 2024
Los incendios forestales liberan una gran cantidad de partículas y contaminantes a la atmósfera. Cuando la luz del sol atraviesa esta capa cargada de partículas, se dispersa de manera diferente a como lo haría en condiciones normales. Este fenómeno, conocido como dispersión de Rayleigh, es el responsable de los colores rojizos y anaranjados en el cielo.
Estas partículas pueden ser visualizadas gracias al estudio que realiza la Universidad del Azuay y su Instituto de Estudios de Régimen Seccional del Ecuador (IERSE) que, entre otros asuntos, mide la calidad del aire en varios puntos de la ciudad. Así justamente hoy 13 de noviembre alcanzó un pico máximo de 164 puntos que indica que la calidad del aire en la ciudad es "dañina".
A medida que la luz del sol pasa a través de una atmósfera cargada de partículas, las longitudes de onda más cortas, como el azul y el violeta, se dispersan más, dejando que las longitudes de onda más largas, como el rojo y el naranja, predominen en el cielo. Esto es lo que hace que los atardeceres durante los incendios sean tan intensos y únicos.
Además de ser una experiencia visual interesante, este fenómeno nos debe recordar la profunda conexión entre nuestro entorno, nuestra profesión fotográfica y los eventos naturales que nos rodean.
Los atardeceres escarlata de Cuenca son un recordatorio de la importancia de proteger nuestros bosques, páramos y áreas naturales, ya que su impacto se extiende más allá de lo que podemos ver pero que tristemente empezamos a sentir de manera más profunda en la escasez de recursos naturales y la profunda crisis energética que azota nuestro país.
Como fotógrafos, nos encontramos ante una oportunidad única de capturar estos momentos efímeros, pero también de reflexionar sobre nuestro papel en la conservación del medio ambiente. A través de nuestras lentes, podemos narrar la historia de estos atardeceres y, con suerte, inspirar a otros a valorar y proteger la belleza natural que nos rodea.
¿Has pensado lo que está detrás de estos tonos de atardecer en Cuenca?
Te dejamos una galería de nuestros miembros activos los fotógrafos Dennys Tamayo, Pablo Crespo y Juan Proaño:
Комментарии